jueves, 19 de abril de 2007

Capítulo 23 - Perseguido

Camino por la calle. Absorto en mi mundo. Nada más que yo y mi música. Noto algo, una presencia, algo cercano, grande y en la carretera: es un vehiculo, un autobus. Sigo caminando. No me adelanta. Sigue ahí, lo veo por el rabillo del ojo. Paro la musica. Sigo caminando. Me giro. Se abre la puerta. Habla el conductor: -Perdona, ¿sabes cómo se va a la calle Santiago? Ni idea: -No lo sé. Recapacita: -Vale, gracias. El autobús me adelanta. Vuelvo a poner la música. La música me acompaña.




P.D.: No, no lo he vivido. Una cosa es que me pregunte todo el mundo, pero ya el autobusero...

6 comentarios:

Zitrone dijo...

Esto me recuerda el viejo chiste del autobusero... Y me trae ecos del colmo de los colmos...
Besicos de limón

Pingüino dijo...

Chiste del autobusero? Creo que ese no me le se. Sorprendeme!

Zitrone dijo...

Hay que contarlo con gestos, así que no sé si lo entenderás. Imagínate que te lo cuento a ti:
Esto es un hombre que le dice al conductor del autobús (tápandome la cara con las manos) "¡Autobusero, autobusero!" (Ahora quitándomelas) "Gracias, autobusero"
¿Lo has entendido? ^^
Besicos de limón

Pingüino dijo...

¿Te autodas sustos como si se tratara de un cucu-tras? Porque sino ni idea :/

Pingüino dijo...

Ah! ah! ah! Que no lo dije! Ayer creo que lo pille: le dice "autobusero, autobusero" para que abra "las puertas" y pueda ver!!! XD Me encanta

Zitrone dijo...

¡Sí! ¡Exacto! La gente no lo suele pillar; y tampoco se ríe con él... A mí es que me gustan las causas perdidas, y eso incluye los chistes malos...
Besicos de limón