domingo, 4 de noviembre de 2007

Capítulo 65 - ¿Y el 64?

Ehe, ehe, ehe...
Acabo de retornar, hará unos diez minutos, del pasado. No era un pasado lejano. De hecho este entorno, por ejemplo, no ha cambiado nada. Ha sido curioso regresar al 29 de Abril de este mismo año cuando, de madrugada me escabullí en mi propia casa y me puse a escribir.
Como resultado, tengo un gran empacho de palabras pues a lo escrito ahora hay que sumar lo escrito hace un rato (u ocho meses), podría haber pasado y no haber escrito hasta un tiempo después de mi regreso pero no quiero olvidar las cosas y no es plan de volver otra vez para recordarlas.
En fín, como dije, hay cosas que cambian y cosas que no y, nos guste o no, hay que adaptarse. No se trata de ser una veleta y dejarse llevar hacia donde sople el viento. Se trata de encontrarse a uno mismo e integrarse y adaptarse al mundo sin abandonarse a uno mismo. Y es que eso es algo básico en la vida: ya sea ahora o en cualquier época (hasta lo que sé) es necesario vivir dentro de algo o morir miserablemente.
Puede que mucha gente me diga que tener que entrar en una sociedad que no funciona y que manipula y coharta, o cualquier otra cosa, es renunciar a la libertad. Yo no lo creo. Creo que es posible cambiar las cosas desde dentro. Vives en un mundo y eso no puedes cambiarlo queriendo estar fuera. Si pretendes estar fuera, todo lo que consigues es nadar contra corriente, obcecado, y agotar tus fuerzas hasta que el rio te consume sin que llegues a lograr nada.
En mi opinión, negar lo evidente no sirve de nada, lo apropiado es tratar de reformar el edificio y sus cimientos desde dentro, si no sólo conseguirás derruirlo y podría ser peor.

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